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El que ha sido elegido Vicepresidente de la Asamblea de Madrid, fue asesor de Villar Mir, imputado en el caso del hospital Son Espases de Palma, donante del PP según los papeles de Bárcenas, y cerebro y ejecutor de la Operación Canalejas. Algunos presumen de regeneración y nos traen más de lo mismo.

Un exasesor del Grupo Villar Mir, número dos de la Asamblea de Madrid

La Mesa de la Asamblea de Madrid de la X Legislatura está de estreno. De presidenta, la Excelentísima Señora Doña María Paloma Adrados Gautier (PP), reelegida por los vecinos de Pozuelo de Alarcón como alcaldesa en las últimas elecciones municipales por mayoría absoluta. Deja el cargo para presidir la Mesa. Adrados, consejera de Empleo, Mujer e Inmigración con Esperanza Aguirre, tomó posesión de su cargo en 2010 pero marchó para ser alcaldesa de Pozuelo de Alarcón. Su heredera en el cargo, Ana Isabel Mariño, tuvo que dar explicaciones por el caso Aneri, el del fraude por los cursos de formación que salpicó a Alfonso Tezanos, presidente de la Federación de Empresarios de la Comunidad de Madrid (Fedecam), y a Arturo Fernández, expresidente de la patronal de empresarios madrileña CEIM.

El Partido Popular, por el número de votos recibidos en los últimos comicios, podía ocupar también el cargo de vicepresidente primero de la Asamblea, pero se lo ha cedido al Ilustrísimo Señor Don Juan Trinidad Martos (número ocho en la lista de Ciudadanos), asesor jurídico durante la última década del Grupo Villar Mir.

Juan Miguel Villar Mir (Madrid, 1931), que fue ministro de Hacienda en 1975-76, es constructor y dueño de OHL. Fue nombrado marqués de Villar Mir por el rey Juan Carlos I en 2011, está imputado en el caso del hospital Son Espases de Palma, aparecía como donante del PP en los papeles de Bárcenas, y es el cerebro y ejecutor de la Operación Canalejas y de la quinta torre a levantar en los antiguos terrenos de la Ciudad Deportiva del Real Madrid.

Su exempleado, Juan Trinidad, tendrá un puesto relevante en la Asamblea. Entre los poderes de los miembros de la Mesa está el de “calificar los escritos y documentos de índole parlamentaria, resolver sobre la admisión o inadmisión a trámite de los mismos y decidir su tramitación, con arreglo en todo caso a lo dispuesto en el presente Reglamento”.

La Mesa, formada por siete componentes —la presidencia, tres vicepresidencias y tres secretarías— ha quedado integrada por tres miembros del PP, dos del PSOE, uno de Podemos y uno de Ciudadanos, que ha conseguido colarse gracias a la cesión de un puesto de los cuatro a los que tenía derecho el PP por ser el partido más votado y por el formato con que se elige la Mesa.

La principal consecuencia de este reparto es que el Partido Popular perderá la capacidad de veto, y por tanto el control absoluto con que ha manejado la Cámara autonómica los últimos 20 años, el tiempo que lleva gobernando la Comunidad. Ignacio Aguado, número uno de la lista de Ciudadanos, se ha declarado más que satisfecho con esa operación, “necesaria para lograr una proporcionalidad en su composición”. Y ha presumido, además, de que su partido va a ocupar “una centralidad”, para “actuar como árbitro entre el bloque de izquierdas y de derechas”. Aguado, que el 21 de mayo declaraba a CTXT que no iban a "transigir ni una coma con la corrupción", ha rechazado las acusaciones de que la cesión de este puesto por parte del PP forme parte del intercambio de cromos previo a que Ciudadanos vote, previsiblemente, a favor de la investidura de Cristina Cifuentes.

Que sea el número ocho de la lista quien ocupe esa distinción ha levantado alguna sospecha por las conexiones del recién nombrado --licenciado en Derecho por el CEU y máster en Asesoría Jurídica en el despacho Garrigues-- con el Grupo Villar Mir. “Todo huele a Régimen puro y duro, a un pacto por el mantenimiento del status quo”, dice un exdiputado de la Asamblea.

La Mesa decide lo que se debate y lo que no. Lo saben bien los diputados de UPyD de la Asamblea, que en la pasada legislatura presentaron seis recursos ante el Tribunal Constitucional por cada uno de los temas que propusieron debatir y fueron denegados. No eran de poco monta: corrupción, peticiones de comisiones de investigación y Caja Madrid. En cinco de los seis el alto Tribunal les dio la razón.

La importancia de esta vicepresidencia primera --a no ser que se crea en el puro azar en este reparto de cargos-- tiene miga. Además de la capacidad de decidir lo que sigue adelante y lo que no, Trinidad ocupará el cargo de presidente cuando Adrados tenga que ausentarse. Tan sencillo y tan importante a la vez. “Es el que ejerce de policía”, dice el exdiputado.

De momento, Trinidad ha renunciado al coche oficial que le correspondía como vicepresidente primero de la Mesa. “Si queremos que la regeneración llegue a las instituciones, es necesario dar ejemplo desde el primer día tomando decisiones que acerquen la política a los ciudadanos”, ha dicho.