Las palabras tienen precisamente muchísima importancia, porque definen conceptos.
Un árbol siempre será un árbol, y no se le puede llamar flor.
Las palabras tienen sus raíces su etimología.
Y la posesión de la matriz es el condicionante fundamental que se da para que pueda
constituirse un verdadero matrimonio, desde el punto de vista físico, biológico y etimológico.
Por eso decía yo en mi primer comentario que habría que inventar una palabra nueva que
aclare y diferencie esta diversidad, use actualmente no existe ninguna en nuestro diccionario.
Y por eso hablaba de GAYMONIO y LESBIMONIO. Y ya nadie se sentiría ofendido por
llamar matrimonio a lo que hablando con propiedad, nunca ha sido, es, ni puede ser.
El principio de no contradicción de Aristoteles dice claramente: "una cosa no puede ser y no
ser al mismo tiempo lo que es". Y el matrimonio, no puede ser al mismo tiempo clara y
rotundamente lo que no es.
Y después de escrito todo esto me estoy enterando de la decisión del Tribunal Constitucional.
Pascual Sala responde a la voz de su amo. Política pura. Ya lo decía yo en mi primer
comentario.
Pero la etimología de las palabras, la semántica, define conceptos muy claros por lo que
yo expuse.
En fin a respetar las leyes toca.
Saludos.
Verdeorilla.
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