¿Grabó la Policía la «exclusiva» de Antena 3 y la filtra ahora con fines
políticos?
Tremendo combo el de Antena 3, que logró colocar en una misma
noticia a Podemos, CUP,
Venezuela y, cómo no, el «entorno de
ETA». Pleno al 15. Lástima que tenía entradas para «Los odiosos ocho», la última película de Tarantino, y me perdí el debate de 13TV. Tuvo que ser chanante. Frivolidades al margen, las imágenes no mienten y es evidente que las personas que aparecen nombradas realizaron ese
viaje. Un desplazamiento que, por otro lado, no tenía nada de secreto: lo publicitó ampliamente la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad de Caracas, tal y como explica Antonio Maestre en La Marea. De hecho, sin todo el ruido que habrá generado la «exclusiva» del canal de Atresmedia no sería difícil encontrar alguna reseña perdida por Google. Es lógico que quien organiza un encuentro internacional trate de publicitarlo todo lo posible e intente que los
medios de comunicación den cuenta de los actos organizados. Eso es así aquí y en la Venezuela Bolivariana.
Lo que ya me genera más dudas y estoy seguro de que pocos de los medios que repetirán hoy la noticia se preguntarán es quién grabó el vídeo, con qué fines y por qué lo filtra ahora. Es obvio que la cinta no está filmada por un
turista indiscreto que se dió cuenta de que podía sacarse unos buenos cuartos vendiendo una noticia que en ese momento ni se olía. Tampoco se han filmado ellos mismos, ya que es evidente que la cámara está ubicada a una distancia prudencial, la suficiente como para que el que la dirige no pueda ser descubierto. Vamos, que esto apesta a un seguimiento policial que ha sido ahora oportunamente rescatado para condicionar un contexto
político en el que la derecha
española ha ampliado el foco de estigmatización. Si antes todo valía contra la izquierda independentista vasca, ahora la lógica se extiende a la catalana e incluso la española, que observa incrédula cómo se extiende la excepcionalidad. Es evidente que desde determinados despachos se está operando para cortocircuitar cualquier pacto alternativo a
Mariano Rajoy. Y eso pasa por meter miedo al
PSOE.
La infamia del uso político de las cintas policiales no nos debería desviar de la terrible anomalía
democrática que supone que la Policía pueda seguir impunemente a ciudadanos teóricamente libres por realizar actividades
políticas que carecen de cualquier reproche penal. Así que a mí me surgen bastantes dudas. Por ejemplo: ¿Qué cuerpo policial grabó esas imágenes? ¿Qué es lo que se estaba investigando? ¿Es habitual espiar a activistas sociales o cargos públicos y guardar esas imágenes? ¿Cuántas cintas como esa están esperando en algún sótano de Interior a la espera de que le vengan bien al
Gobierno de turno? ¿Quién dedica su tiempo a revisarlas por si hubiese algún dato que vender a la
prensa? ¿Quién dio la orden de filtrar los vídeos, tanto grabados en la lejanía como los de la cámara de seguridad del aeropuerto, a los periodistas? ¿Lo hizo un agente de «motu proprio» o llega desde el ministerio? Ya en tono más filosófico: ¿cómo se llama el sistema político en el que funcionarios públicos vigilan a ciudadanos que realizan actividades completamente legales y utilzan esas grabaciones con fines políticos?
Nadie de los que aparece en esa grabación tiene por qué dar ninguna explicación. Quién sí debería dar la cara en cualquier país civilizado es el ministerio del Interior y, por extensión, el Gobierno de Mariano Rajoy.