NOEMÍ. Me meto, no me meto, me meto, no me meto... ME METO.
Lee bien, he dicho los creyentes, no los ateos. Cuando un creyente fervoroso da una limosna, digo bien LIMOSNA en dinero, ropa, comida... lo hace por caridad.
Lo cuenta el fallecido y humorístico Miguel Gila (mi preferido) que una noche (por supuesto que no fue real, forma parte de su repertorio), pues bien, relata Gila: iba yo por una calle con poca luz, a medianoche, vi que DOS INDIVIDUOS ESTABAN DANDO UNA PALIZA A UN POBRE HOMBRE... me meto, no me meto, me meto, no me meto... ME METO... ¡Joder, menuda paliza que le dimos!
Lee bien, he dicho los creyentes, no los ateos. Cuando un creyente fervoroso da una limosna, digo bien LIMOSNA en dinero, ropa, comida... lo hace por caridad.
Lo cuenta el fallecido y humorístico Miguel Gila (mi preferido) que una noche (por supuesto que no fue real, forma parte de su repertorio), pues bien, relata Gila: iba yo por una calle con poca luz, a medianoche, vi que DOS INDIVIDUOS ESTABAN DANDO UNA PALIZA A UN POBRE HOMBRE... me meto, no me meto, me meto, no me meto... ME METO... ¡Joder, menuda paliza que le dimos!