Hola Blanco,
Estoy de acuerdo con usted. Por mucho que hagan las instituciones por inculcar urbanidad, como no se enseñe desde la más tierna infancia en el hogar (un niño con unos padres "salvajes" tenderá a imitarlos) y será difícil erradicar malos hábitos ya enraizados. Los particulares genes de cada uno, también cuentan mucho para que el carácter cívico fluya de forma natural sin necesidad de ser impuesto.
Todo esto, se ve resumido en una escena que yo pude ver. En un solar abandonado, un niño tiraba piedras a un pobre gato callejero, y su padre, a su lado, le reía la "travesura", ¿qué se puede esperar de ese niño cuando crezca, con esos "valores" que está aprendiendo?
Un cordial saludo.
Estoy de acuerdo con usted. Por mucho que hagan las instituciones por inculcar urbanidad, como no se enseñe desde la más tierna infancia en el hogar (un niño con unos padres "salvajes" tenderá a imitarlos) y será difícil erradicar malos hábitos ya enraizados. Los particulares genes de cada uno, también cuentan mucho para que el carácter cívico fluya de forma natural sin necesidad de ser impuesto.
Todo esto, se ve resumido en una escena que yo pude ver. En un solar abandonado, un niño tiraba piedras a un pobre gato callejero, y su padre, a su lado, le reía la "travesura", ¿qué se puede esperar de ese niño cuando crezca, con esos "valores" que está aprendiendo?
Un cordial saludo.