¿Qué significa la palabra Ramadán? ¿Quizás abstinencia? ¿Rito religioso musulmán? ¿Tradición popular que se celebra desde hace más de 500 años?... ¿Que es? Pues un poco de todo esto, y mucho más. Cuando tuve hace un tiempo la oportunidad de vivir el Ramadán en Túnez, en un principio me hacía todas estas preguntas. Tenía curiosidad e interés en saber cuál era la base y la filosofía de éste. Realmente quedé impresionado por todo lo que le envuelve y por las reglas por las que mueve.
¿Cuándo se celebra el Ramadán? Siempre es en el noveno mes del calendario musulmán, también conocido mundialmente por ser el mes en el que sus religiosos, por la fe y por las creencias, practican el ayuno diario desde el alba hasta que se pone el sol. El mes del Ramadán comienza cuando es visible el primer cuarto creciente después de la luna nueva, es decir, unos dos días después de ésta. El año en el calendario lunar tiene 9 meses de 29 días y 3 meses de 30. Por lo tanto, 351 días, lo que quiere decir que es más corto que el gregoriano en 14 días.
El ayuno, que para sus practicantes es dar un descanso alimenticio de unas horas al día a su cuerpo, empieza con la aparición de la luna a finales del “sha’ban”, octavo mes en el calendario lunar islámico. La pregunta de rigor, ¿quién debe ayunar? ¿Toda la sociedad musulmana ortodoxa está obligada hacerlo? Tiene sus reglas. Sus excepciones.
El ayuno es de debido cumplimiento, según reza el Corán, “para todo musulmán adulto, sano de juicio, saludable y residente, sea hombre o mujer”. En lo que respecta a la mujer, esta debe estar fuera de la menstruación y el puerperio (cuarentena posterior al parto). No obstante, una vez terminado el ciclo, hay que recuperar estos días de Ramadán. Tampoco debe ayunar el enfermo mental, el menor de edad, la mujer que está amamantando que teme por su pequeño, y los ancianos débiles. En estos últimos casos, no existe tal obligación.
Durante el mes del Ramadán, los practicantes tienen prohibido, desde la salida del primer hilo de luz del día y hasta el momento de romperse el ayuno, tomar ninguna ingesta, sea comida, bebida, o masticar chicle, fumar o hacer el acto sesual. Una vez se ha roto el ayuno del día, la vida es normal durante estas horas de la tarde-noche.
Dice el Corán al respecto: “En el supuesto de llegar al mes del Ramadán del año siguiente sin haber recuperado los días adeudados, la persona ayunará ese mes y recuperará lo que adeudara más tarde. En el supuesto de fallecer y deber días del mes del Ramadán, podrán ser recuperados estos bien por su “ualy” (familiar encargado) o bien por uno de los que lo hereden”. El ayuno de los musulmanes se diferencia de la oración en este sentido, ya que no puede ser recuperada por otros.
Cuando se rompe el ayuno diario, la sociedad come y bebe té sin mesura, existiendo la tradición en la mesa de untar pan con arisa, que es una salsa super picante que hasta los niños para merendar la toman durante todo el año. Una rebanada de pan con arisa por encima hace llorar hasta el más iluso de los mortales. Éste acostumbra ser el preámbulo gastronómico de la noche ramadanesa de los musulmanes. Después viene una sinfonía de platos, entre ellos, una ensalada tunecina consistente en lechuga, tomates, cebollas y pimientos; el brik, que es un crêpe fino de carne de cordero doblado en forma de semi-luna; el quiche gratinado a base de carne y verduras; el asado de carne de hakchouka; el mirmiz, un estofado de cordero con judías servido con salsa picante; y como postres, el makroud, una pasta recubierta con dátiles.
Enric Ribera Gabandé
E. mail: riberaenric@telefonica. net
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¿Cuándo se celebra el Ramadán? Siempre es en el noveno mes del calendario musulmán, también conocido mundialmente por ser el mes en el que sus religiosos, por la fe y por las creencias, practican el ayuno diario desde el alba hasta que se pone el sol. El mes del Ramadán comienza cuando es visible el primer cuarto creciente después de la luna nueva, es decir, unos dos días después de ésta. El año en el calendario lunar tiene 9 meses de 29 días y 3 meses de 30. Por lo tanto, 351 días, lo que quiere decir que es más corto que el gregoriano en 14 días.
El ayuno, que para sus practicantes es dar un descanso alimenticio de unas horas al día a su cuerpo, empieza con la aparición de la luna a finales del “sha’ban”, octavo mes en el calendario lunar islámico. La pregunta de rigor, ¿quién debe ayunar? ¿Toda la sociedad musulmana ortodoxa está obligada hacerlo? Tiene sus reglas. Sus excepciones.
El ayuno es de debido cumplimiento, según reza el Corán, “para todo musulmán adulto, sano de juicio, saludable y residente, sea hombre o mujer”. En lo que respecta a la mujer, esta debe estar fuera de la menstruación y el puerperio (cuarentena posterior al parto). No obstante, una vez terminado el ciclo, hay que recuperar estos días de Ramadán. Tampoco debe ayunar el enfermo mental, el menor de edad, la mujer que está amamantando que teme por su pequeño, y los ancianos débiles. En estos últimos casos, no existe tal obligación.
Durante el mes del Ramadán, los practicantes tienen prohibido, desde la salida del primer hilo de luz del día y hasta el momento de romperse el ayuno, tomar ninguna ingesta, sea comida, bebida, o masticar chicle, fumar o hacer el acto sesual. Una vez se ha roto el ayuno del día, la vida es normal durante estas horas de la tarde-noche.
Dice el Corán al respecto: “En el supuesto de llegar al mes del Ramadán del año siguiente sin haber recuperado los días adeudados, la persona ayunará ese mes y recuperará lo que adeudara más tarde. En el supuesto de fallecer y deber días del mes del Ramadán, podrán ser recuperados estos bien por su “ualy” (familiar encargado) o bien por uno de los que lo hereden”. El ayuno de los musulmanes se diferencia de la oración en este sentido, ya que no puede ser recuperada por otros.
Cuando se rompe el ayuno diario, la sociedad come y bebe té sin mesura, existiendo la tradición en la mesa de untar pan con arisa, que es una salsa super picante que hasta los niños para merendar la toman durante todo el año. Una rebanada de pan con arisa por encima hace llorar hasta el más iluso de los mortales. Éste acostumbra ser el preámbulo gastronómico de la noche ramadanesa de los musulmanes. Después viene una sinfonía de platos, entre ellos, una ensalada tunecina consistente en lechuga, tomates, cebollas y pimientos; el brik, que es un crêpe fino de carne de cordero doblado en forma de semi-luna; el quiche gratinado a base de carne y verduras; el asado de carne de hakchouka; el mirmiz, un estofado de cordero con judías servido con salsa picante; y como postres, el makroud, una pasta recubierta con dátiles.
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