El pasado viernes, un día después de que Eduardo García Serrano pidiera perdón a la consejera catalana Marina Geli, el presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, Fernando González Urbaneja, declaraba que el caso de los calificativos vertidos por el periodista de Intereconomía contra Geli era “lamentable, decepcionante y, sobre todo, querellable”.
A diferencia de García Serrano, los sindicalistas y políticos no tienen que pechar con las consecuencias cuando insultan. Así, el 7 de octubre de 2009, el secretario general de UGT de Madrid, José Ricardo Martínez, instó en una intervención ante sus compañeros de sindicato al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, a “tener vergüenza y decencia y a irse a su **** casa”.
Rodríguez intervenía en los actos de la segunda Jornada Mundial por el Trabajo Decente, y criticaba al banquero central por afirmar la necesidad de reformar el mercado laboral. En el acto también se encontraban los secretarios generales de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, quienes no encontraron nada criticable en las declaraciones de su compañero Martínez.
Incluso para Cataluña es aplicable la impunidad, cuando el que insulta es un político de la izquierda oficial. El 16 de marzo pasado, Miguel Ángel Martín López, del grupo municipal de distrito del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, calificó de “mal ****da” a la directora de TV3, Mònica Terribas, por el modo como se había conducido una entrevista con Montilla.
Doble rasero
Un miembro del partido de Marina Geli puede usar, contra una periodista, insultos que son intolerables si se da el caso contrario (un periodista hablando de una política). Puestos a mezclar de paso que condenaban a ese periodista, algunos contertulios de La Noria de Telecinco vertían en realidad prejuicios contra la Iglesia, como informaba ayer LA GACETA.
Desde sus monólogos en La Sexta, Buenafuente lo hacía el viernes con un equívoco que le permitía ocultar el insulto. Hablaba de unos zapatos conservados “gracias a que estaban en una cueva y cubiertos por una gruesa capa de excrementos”. Añadió: “Ahora entiendo por qué se conserva tan bien la gente de Intereconomía. (Risas.) Lo digo porque emiten desde una cueva también”.
‘Artistas de la zeja’
Los artistas de la zeja están excusados de antemano. En febrero de 2007, Pilar Bardem espetó en directo: “Vámonos hermano, que estamos concediendo a estos hijos de **** de Libertad Digital”. Por lo visto, ella era la ofendida, ya que dijo al periodista: “Todos los días y a todas horas mancháis mi apellido con vuestra palabra”.
Si el insultado es la Iglesia, vale hacerlo incluso en un acto público, como el cantante Víctor Manuel en octubre de 2007: “Yo no soy cristiano, eh, pero que son malos cristianos, gente muy mala. El tío éste, el portavoz de la Conferencia Episcopal diciendo que no hay que dar los euros a las madres solteras, ése ye un hijo de ****”. La afirmación fue acogida por un mar de aclamaciones.
Yo siempre solidario con Eduardo García Serrano; y en contra de los corruptos socialistas y los que los apoyan.
A diferencia de García Serrano, los sindicalistas y políticos no tienen que pechar con las consecuencias cuando insultan. Así, el 7 de octubre de 2009, el secretario general de UGT de Madrid, José Ricardo Martínez, instó en una intervención ante sus compañeros de sindicato al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, a “tener vergüenza y decencia y a irse a su **** casa”.
Rodríguez intervenía en los actos de la segunda Jornada Mundial por el Trabajo Decente, y criticaba al banquero central por afirmar la necesidad de reformar el mercado laboral. En el acto también se encontraban los secretarios generales de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, quienes no encontraron nada criticable en las declaraciones de su compañero Martínez.
Incluso para Cataluña es aplicable la impunidad, cuando el que insulta es un político de la izquierda oficial. El 16 de marzo pasado, Miguel Ángel Martín López, del grupo municipal de distrito del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, calificó de “mal ****da” a la directora de TV3, Mònica Terribas, por el modo como se había conducido una entrevista con Montilla.
Doble rasero
Un miembro del partido de Marina Geli puede usar, contra una periodista, insultos que son intolerables si se da el caso contrario (un periodista hablando de una política). Puestos a mezclar de paso que condenaban a ese periodista, algunos contertulios de La Noria de Telecinco vertían en realidad prejuicios contra la Iglesia, como informaba ayer LA GACETA.
Desde sus monólogos en La Sexta, Buenafuente lo hacía el viernes con un equívoco que le permitía ocultar el insulto. Hablaba de unos zapatos conservados “gracias a que estaban en una cueva y cubiertos por una gruesa capa de excrementos”. Añadió: “Ahora entiendo por qué se conserva tan bien la gente de Intereconomía. (Risas.) Lo digo porque emiten desde una cueva también”.
‘Artistas de la zeja’
Los artistas de la zeja están excusados de antemano. En febrero de 2007, Pilar Bardem espetó en directo: “Vámonos hermano, que estamos concediendo a estos hijos de **** de Libertad Digital”. Por lo visto, ella era la ofendida, ya que dijo al periodista: “Todos los días y a todas horas mancháis mi apellido con vuestra palabra”.
Si el insultado es la Iglesia, vale hacerlo incluso en un acto público, como el cantante Víctor Manuel en octubre de 2007: “Yo no soy cristiano, eh, pero que son malos cristianos, gente muy mala. El tío éste, el portavoz de la Conferencia Episcopal diciendo que no hay que dar los euros a las madres solteras, ése ye un hijo de ****”. La afirmación fue acogida por un mar de aclamaciones.
Yo siempre solidario con Eduardo García Serrano; y en contra de los corruptos socialistas y los que los apoyan.