Coordinación para mentir. Beneficio político y económico. Graves daños a funcionarios policiales. Acoso durante años a familiares de víctimas mortales en los atentados. Llamaron periodismo (y aún lo hacen) a lo que fue una vergonzosa campaña de intoxicación. Y no pagaron ningún precio por ello. Siguen en el oficio, presumen de rigor e independencia, son invitados a participar en programas de televisiones públicas y, quizá lo más sorprendente, han sido de alguna manera legitimados por la mayor parte de sus compañeros.
PD Y seguimos lo mismo, aún falta la figura judicial que castigue severamente a la gente que miente sin conciencia alguna al servicio de partidos políticos.
PD Y seguimos lo mismo, aún falta la figura judicial que castigue severamente a la gente que miente sin conciencia alguna al servicio de partidos políticos.