ORGULLOSA DE MI MADRE Y DE MIS HIJOS
Me siento tan orgullosa de la madre que Dios me dio,
que intento siempre imitarla con respeto y con amor.
Quisiera enseñar a mis hijos, lo que ella me enseñó,
respetar al semejante, esa es la mejor lección.
Yo nunca estaré a su altura, pero al menos lo he intentado,
sintiéndome muy orgullosa de los hijos que he criado.
No sé si me lo merezco, pero soy afortunada,
cuando me abrazan con fuerza, dándome gracias por nada.
Es el deber de una madre el proteger a sus hijos,
dando la vida por ellos, si eso fuera preciso.
Por eso todos los días yo le doy gracias a Dios,
¡Por los hijos que me ha dado, y la madre que me dio!
Pa. Sa. Ma.
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