Buenos días. Me perdonará si no comparto al 100 x 100 su opinión, pero igual que hay madres que darían la vida cien veces por los hijos, hay hijos que la darían por su madre, aunque esta no lo mereciera.
Recuerdo hace años, conocí a una familia que era precisamente esto lo que sucedía.
Una noche cuando llegábamos a casa, encontramos dos niños (vecinos) de doce años metidos dentro de la perrera que teníamos, (era un pequeño cuarto) estaba lloviendo a mares, y se habían refugiado allí, cuando le preguntamos por qué estaban allí con el frio que hacía, tiritando contestaron, que estaba el “amigo” de su madre en casa, y les había dicho su madre que tenían que marcharse durante unas horas.
Mi marido quiso llamar a la policía, pero ellos dijeron que no lo hiciera, que nunca dirían nada que pudiera perjudicarla, pues adoraban a su madre.
Pasaron la noche en mi casa, pues a consecuencia de la lluvia el “amigo” no se marchó en toda la noche, y esto pasó más de una vez. Ya cuando venia ese “señor” se subían a mi casa, y allí pasaban las horas jugando con mis hijos, y compartiendo su merienda.
Eran dos hermanos gemelos, cuando salían de la escuela, trabajaban en un colmado para llevar los pedidos a las casas, el dinero que cobraban, se lo daban íntegro a su madre, y esta se lo daba a su “amigo” para sus caprichos, aunque a sus hijos le faltara la comida.
Esto, les aseguro que no es un cuento, por desgracia es bien real, ya han pasado más de treinta años, espero que hayan podido alcanzar la felicidad que no conocieron de niños.
Por eso les digo, que hay “MADRES, y madres”. Igual que hay “HIJOS, e hijos”.
Le deseo que tenga un buen día.
Recuerdo hace años, conocí a una familia que era precisamente esto lo que sucedía.
Una noche cuando llegábamos a casa, encontramos dos niños (vecinos) de doce años metidos dentro de la perrera que teníamos, (era un pequeño cuarto) estaba lloviendo a mares, y se habían refugiado allí, cuando le preguntamos por qué estaban allí con el frio que hacía, tiritando contestaron, que estaba el “amigo” de su madre en casa, y les había dicho su madre que tenían que marcharse durante unas horas.
Mi marido quiso llamar a la policía, pero ellos dijeron que no lo hiciera, que nunca dirían nada que pudiera perjudicarla, pues adoraban a su madre.
Pasaron la noche en mi casa, pues a consecuencia de la lluvia el “amigo” no se marchó en toda la noche, y esto pasó más de una vez. Ya cuando venia ese “señor” se subían a mi casa, y allí pasaban las horas jugando con mis hijos, y compartiendo su merienda.
Eran dos hermanos gemelos, cuando salían de la escuela, trabajaban en un colmado para llevar los pedidos a las casas, el dinero que cobraban, se lo daban íntegro a su madre, y esta se lo daba a su “amigo” para sus caprichos, aunque a sus hijos le faltara la comida.
Esto, les aseguro que no es un cuento, por desgracia es bien real, ya han pasado más de treinta años, espero que hayan podido alcanzar la felicidad que no conocieron de niños.
Por eso les digo, que hay “MADRES, y madres”. Igual que hay “HIJOS, e hijos”.
Le deseo que tenga un buen día.
Todas las reglas tienen su excepción, como la del caso que nos cuentas, pero supongo que será uno entre mil y eso no cambia en absoluto el concepto de madre que todos tenemos, incluso aquellos niños la querían y la defendían, no sería tan mala por tanto. ¿Sabemos como era la situación real de aquella mujer? ¿Sabemos donde estaba su marido? ¿Qué fue lo que le hizo actuar de aquella manera tan repugnante? Tú eres una buena madre, tu madre lo fue contigo, la mía también fue buena, y la otra, la otra y la otra. Seguro que esa pobre madre que actuó de esa forma era una pobre desgraciada, enferma, adicta a algo, en definitiva una excepción y a lo mejor hasta habría que perdonarla. Yo no me atrevo a juzgarla, que la juzgue Dios.