Querida Andalucía,
cuentan por ahí
que somos un pueblo,
perezoso y dormido,
de fiesta y copa de vino,
de siesta larga y ronquido.
Y yo me pregunto,
¿Quien sabe lo que en esta tierra, se ha trabajado y sufrido?
? Quien sabe lo que luchó el jornalero hasta llegar a ser el dueño del olivo?
? Quien a pala de azada plantó
y plantó tanto olivo, hasta en el rincón más perdido?
? Quien inspiró al poeta de aquellos aceituneros altivos,
los ronquidos de una siesta,
o las manos encalladas y el silencio ante el esfuerzo de lamentos y suspiros?
A Jaén se la conoce,
por la tierra del ronquío,
y no viene por la siesta,
que es más bien por un quejío,
que se escapaba al hablar,
cuando se estaba en el tajo,
castigado por el sol o temblando por el frío.
Querida Andalucía,
hoy quisiera tierra mía,
rendir un merecido homenaje, a una gente que aguantó, cuando menos se tenía,
nos crió y nos educó,
con lo poquito que había.
Leche de cabra sopá
al desayuno.
Olla o puchero al mediodía.
Pan y aceite con una miajilla de azúcar en la merienda.
Y para la cena, pan de higo con nueces rebuscando en la alacena, y un beso para dormir cariñoso de la abuela.
Y a tirar palante con una sonrisa, machacando así a la pena.
En agradecimiento a ellos y a esta tierra olivarera, que ondee en lo más alto el verde y blanco de su bandera.
Feliz día de Andalucia!
(Me lo envía un andaluz)
cuentan por ahí
que somos un pueblo,
perezoso y dormido,
de fiesta y copa de vino,
de siesta larga y ronquido.
Y yo me pregunto,
¿Quien sabe lo que en esta tierra, se ha trabajado y sufrido?
? Quien sabe lo que luchó el jornalero hasta llegar a ser el dueño del olivo?
? Quien a pala de azada plantó
y plantó tanto olivo, hasta en el rincón más perdido?
? Quien inspiró al poeta de aquellos aceituneros altivos,
los ronquidos de una siesta,
o las manos encalladas y el silencio ante el esfuerzo de lamentos y suspiros?
A Jaén se la conoce,
por la tierra del ronquío,
y no viene por la siesta,
que es más bien por un quejío,
que se escapaba al hablar,
cuando se estaba en el tajo,
castigado por el sol o temblando por el frío.
Querida Andalucía,
hoy quisiera tierra mía,
rendir un merecido homenaje, a una gente que aguantó, cuando menos se tenía,
nos crió y nos educó,
con lo poquito que había.
Leche de cabra sopá
al desayuno.
Olla o puchero al mediodía.
Pan y aceite con una miajilla de azúcar en la merienda.
Y para la cena, pan de higo con nueces rebuscando en la alacena, y un beso para dormir cariñoso de la abuela.
Y a tirar palante con una sonrisa, machacando así a la pena.
En agradecimiento a ellos y a esta tierra olivarera, que ondee en lo más alto el verde y blanco de su bandera.
Feliz día de Andalucia!
(Me lo envía un andaluz)
Estuve en Sevilla, en casa de unos sobrinos y charlando con conocidos y... Aprecié un buen nivel económico.
Viva Andalucía!.