Me parece bien recordar. Los asesinados deben de permanecer en nuestra memoria. No me olvido de que tenía que mirar bajo el coche por si acaso. No me olvido de tantos compañeros de trabajo que no daban la cara, y hablaban con uno con mucho sigilo, mirando hacia los lados por si alguno de los gurús que dominaban el comité de empresa los veía. Yo no me olvido de nada. Pero llegó el momento de pasar página, y no hay otra manera de hacerlo que con la negociación politica.
Gracias a ella, ETA ha desaparecido, pese a que algunos les interesa que se siga viva. Ni Bildu es ETA ni los etarras salidos de la cárcel son ya tan fieros como los pintan. Veinte años de cárcel dan para pensar, y sus pensamientos no pueden ser otros que rumiar su derrota.
Del famoso Pedir perdón que algunos exigen, y que tanto se ha puesto de moda, le resto importancia. Que cumplan las penas que la ley los ha impuesto, y cada cual por su camino. Que se vayan al otro barrio sin ser perdonados. Que permanentemente les quede el remordimiento de haber causado un dolor inútil, a sus convecinos con los que seguramente se cruzan en el devenir diario.
El perdón es como un ¡aquí no pasa nada! que yo nunca los concedería.
Gracias a ella, ETA ha desaparecido, pese a que algunos les interesa que se siga viva. Ni Bildu es ETA ni los etarras salidos de la cárcel son ya tan fieros como los pintan. Veinte años de cárcel dan para pensar, y sus pensamientos no pueden ser otros que rumiar su derrota.
Del famoso Pedir perdón que algunos exigen, y que tanto se ha puesto de moda, le resto importancia. Que cumplan las penas que la ley los ha impuesto, y cada cual por su camino. Que se vayan al otro barrio sin ser perdonados. Que permanentemente les quede el remordimiento de haber causado un dolor inútil, a sus convecinos con los que seguramente se cruzan en el devenir diario.
El perdón es como un ¡aquí no pasa nada! que yo nunca los concedería.