Antes de mi poema póstumo a Timoteo Marquina, decir que lo que yo había escrito sobre su, Burgos

Antes de mi poema póstumo a Timoteo Marquina, decir que lo que yo había escrito sobre su vida y sus obras cobró vida, y fue rápidamente expuesto en mi diario. No habían preparado nada mejor y aquello pudo salir. De repente, la vida tiene eso. La improvisación.
Pero porque yo lo tenía ya escrito y lo mandé de nuevo, por si acaso, por si esa vez si fuera posible presentar a mi amigo en su recta final. Y coló.
A él por supuesto que no le dije lo que me preguntaron: ¿Qué ha hecho para que su vida y sus obras tengan tanto valor? ¿Es alguien importante como Dom, el monje de Silos, por ejemplo? ¿Le importa a alguien lo que cuantas?
Y me fui aquel día pensando que quien me decía aquellas palabras estaba equivocado/a.
Para mi es importante y creo que para los demás también pero no puedo demostrarlo porque no tengo titulación alguna. Me has ganado.
Un desayuno, una merienda, una fiesta típica, una caída atroz... cualquier cosa cabe en un diario si el que lo escribe es un periodista de carrera. Aunque escriba simplezas y tenga que callar o acatar las normas de los que mandan.
La caída libre desde un campanario cualquiera, eso si es importante, aunque esconda una broma.
Cuando me despedí de él se lo dije claramente. No es por tí, sino por quien lo ha escrito. Si otro u otra lo hubiera hecho, hubiera hablado contigo, hubiera visto lo que he visto yo, tu valía, hoy estaría ahí y te podrías llevar el recorte del periódico a tu lugar de destino. Pero no soy nadie ahí, pero no me importa no ser nadie (entendiendo que ser alguien tampoco es tan perfecto)
Solo puedo darte este poema, Timoteo. Y gracias por todo, por todo este tiempo compartido en este espacio húmedo, frío y provisional. Por haber tenido la suerte de conocer a una genial persona camuflada en un señor con achaques pero con una voluntad indómita que no pudiendo, sigue escribiendo para él, para su comunidad, para sus convecinos, para sus amigos. Una gran persona conocí que me enriqueció en grado sumo.