CARTA A JOSÉ ANTONIO LARA -INÉDITA (I PARTE)
"SI QUIERE MORIR ENVENENAO, BEBA AGUA DEL COLLAO"
Querido José Antonio:
Es la segunda vez que me dirijo a ti. La primera, lo veía más fácil, y el corazón me decía que con mi pluma sería capaz de convencerles y que atendieran a mis razones. De todas formas desconfiaba y no quise firmar con mi nombre. Hice bien. Ahora sé que el mal se encuentra esparcido por toda la humanidad en aras del progreso, de la ciencia, de los valores más sagrados. Que para la gente de a pié, todas esas cosas son importantes: la paz, la honradez, la
amistad, la libertad, etc…, pero para la cúpula de los gobiernos, no.
En el momento en que entran en el círculo de la
política, todo cambia de color.
Tenemos que ofrecer a nuestros niños algo de lo que no existe: el amor a la naturaleza, a la vida.
Cuando ves que atentan con tanto descaro y tan cruelmente contra la naturaleza misma, que desde que el
hombre es hombre, ella existía, se te cae el alma a los pies. Después disfrazan una serie de razones muy convenientes para sus intereses y siguen aplastando al pueblo con lo mismo que ellos no practican: la ética.
Ayer visité el polígono de Villalón, conociendo de primera mano la ubicación de los lodos, viendo el desastre ecológico acontecido. Siglos y siglos han existido los manantiales con más o menos caudal dependiendo de las precipitaciones, y de los fenómenos atmosféricos. Contra viento y marea ellos nos ofrecían lo que tenían: agua, y lo que representa para nosotros: vida.
Con la poca información que tuvimos, y la poca consideración que tuvieron con nosotros, el pueblo llano; veía que iban a atentar contra nuestra naturaleza. Pero el pueblo, a quien mas afecta, quien más ha conocido el campo, quien más ha valorado lo que nos legó la humanidad, más en contacto ha estado siempre con él; ha sufrido la mayor indefensión, la mayor impotencia, porque sabíamos que tarde o temprano acabaríamos perdiendo las fuentes.
Quizás 5 o diez años, que en el cómputo total de la vida del Universo, no representa apenas un minuto.
Pero no, no contentos con eso, había que seguir saltándose los pocos obstáculos que legalmente habían puesto.
Ya el 9 de diciembre di por muertas las fuentes y el día 20 sobrevino la tragedia.
Así, nos acostumbramos a enterrar a los seres vivos con mas facilidad, aceptando lo que sin remedio vemos que se avecina.
A mis ojos, el remedio lo pudieron poner antes, inclinando el vertido adonde dicen que lo pondrán ahora. ¡Es tan fácil verlo y adivinarlo! Sin apenas estudios, por sentido común; que me pregunto para qué sirve hacer esas carreras: ser ingenieros, arquitectos, juristas; si luego no actúan en consecuencia. Si solo se trata de respetar las pocas leyes que tienen por delante y no lo hacen. Y encima “no pasa nada”, “no os impacientéis”, “no hay causa –efecto”, “esto es imposible que desaparezca”, “vosotros no sois como los de Jarraiz, sois castellanos” (palabras textuales que oí aquellos días y las recogí en este escrito)
¡Ves tanta mierda desde la altura de Villalón …! Todo un olor a podredumbre, un cielo viciado, que dicen necesario. ¡Qué indefensas estaban nuestras fuentes! ¿Puede acaso la sencillez combatir contra ellos? Solo acercarte, y ya parece que te has contaminado. Debes lavarte al volver y esa sensación nauseabunda no desaparece tan fácilmente.