-Blanca, no hagas gestos, no sonrías, no llores; o arrugarás la bonita piel de tu cara. Y, Burgos
-Blanca, no hagas gestos, no sonrías, no llores; o arrugarás la bonita piel de tu cara. Y luego será irreversible porque tus lágrimas o tus risas entrarán en contacto con las lociones anti-edad que te aplicamos y de nada nos servirá.
Todo el rato oyendo amonestaciones: no hagas esto, no hagas lo otro... Ya estaba harta. Y aquello, todavía la ponía mas en tensión:
-Pero Blanca, ¿no te he dicho que no aplaudas, que no es digno de una especial patata como tu, que vas a lastimar las palmas de tus manos de especial perigreé?
O aquello otro, que le amenazaba con volverla loca de remate:
-Blanca, enderézate y camina con pasos de princesa, digna hija que mañana se proclamará reina.