Empezaré con una explicación que justifique la iniciativa del alcalde por si luego defraudo sus expectativas ya que de patatas, solo soy beneficiario, un comedor de patatas, como calificaban con desdén los
ingleses del siglo XVIII a sus vecinos irlandeses que se alimentaban de patatas, las mismas que los
británicos echaban al ganado. Bien pensado, los ingleses gentes a las que aprecio y admiro en muchos aspectos, son lerdos en el arte de bien
comer y no por culpa de materias primas sino de sus torpes manos y su corto talento para el guiso. Por eso cuando vienen por aquí y se dejan guiar al bien comer tienden al reenganche, a volver e incluso a quedarse. hace unas semanas traje a unos americanos a comer a
Burgos, cordero y patatas, y al concluir no pudieron reprimir unas lágrimas de felicidad, lloraron delante del retablo de
San Nicolás y luego ante el plato bien untado y vacío, después de haber dado cuenta de la morcilla, el lechazo y las patatas pobres.