La verdad es que Cervantes está muy orgulloso bajo los árboles del amor y rodeando de celindas de espigas que acuden a su cita del tiempo que las toca vivir. Conversando con multitud de aves, con hierbas y cardos, que no tiene ocasión si no es por pequeños descuidos como éste; y se siente honrado cuando alguien le comunica sentimientos o se acuerda de él como si se tratase de un viejo amigo. Y dice de vez en cuando, ¡pero qué poco se cambia en España por unos o por otros, y siempre, la casa sin barrer!
No alude al estado del jardín histórico sino al escenario general de nuestra querida España de todos los tiempos, llena de sabandijas, usureros, ladrones y ladronzuelos, pillos, truanes y mentecatos. Y la paloma le dice: "todo sigue igual, esto no avanza, no se sabe bien por qué." Ella se posa en su hombro y él se siente feliz de tan grata compañía. Quise hacer la foto pero algo me pasó, me debí unir a la charla y dejé la foto para otro día.