FUISTE PUEBLO SILENCIADO
Oigo el eco de una campana vieja
que a lo lejos se tiñe de susurros de viento
al abrazar los álamos del río
y las bravas aguas de los torrentes.
Son murmullos que la corriente aleja.
La campana enterrada con su iglesia,
muros de piedra y casas del pasado,
pizarras grises y de negras tejas.
Poco a poco el agua inundó las calles
y resuena en el albor con su lejana queja.
En los porosos resquicios de la franca piedra
se agolpan deslucidos los recuerdos
de un oscuro pueblo que fue amado por el sol
en tardes soñolientas, placenteras
de un tiempo que se convirtió en sonido.
¡Millares y millares de momentos
que el agua encharca, anega y enmohece
Rendida a tus pies asomó la
luna
y bajó al lecho de tu río en forma
de barquichuela azul con esmeraldas!
Carmen García