CARTA DE SANTIAGO:
PRIMERA PARTE
-Vuestras hermanas las fuentes
han caído prisioneras.
Con lodo y cieno han manchado
su blancura y su frescor.
Hasta la tierra ha llegado
su tristeza y su dolor.
Me lo dijo un peregrino
que por el aire llegó.
¡Bajad armadas y prestas
a evitar tal sinrazón!
Solo
cantar sabían,
ahora rezan con fervor.