MI FUENTE
I
Te amé en silencio
adorando tus voces
amigas
de suaves y limpias espumas.
Sentí tu limpieza de campo.
De aves y siluetas volando,
brillando en el cielo, tan alto.
Pensé que nadie a ti
podría hacerte daño
pues la vida corría en tus aguas
Como savia que enciende un árbol.
Desde siempre,
como el rayo de luz
que no muere
y latía el tic-tac del reloj,
traicionero y a la sombra.
Contando hacia atrás
Sus minutos, su tiempo.