SUPUESTO NÚMERO CUATRO.
Ante mi negativa a abandonar el local, llamaron a la
Guardia Civil para que me dasalojara.
Y todos estuvimos esperando un buen rato. En la espera, nos hicimos
amigos, vieron que no era comprometida mi presencia y volvieron a llamar para que los agentes no se presentaran.
Comenzaron a departir y yo apunté todo lo que ellos decían.
Al final, quedaron, que la próxima vez que se reunieran, me llamarían, pues mi buen estar les había convencido de lo bueno que es tener a la
prensa de su parte.