¡Qué detalle más chulo que observé! Y es que en Castrillo de
Murcia, pasa como en mi pueblo: hay monaguillas. No sé si la palabra será la adecuada, pero las chicas también atienden la celebración. Quizás en mi pueblo, lo hagan porque no haya chicos ahora, o no los suficientes. No se puede comparar la poca gente que ha quedado en mi pueblo. A diario, casi nadie queda. Los fines de semana, y los meses de julio y agosto, llenan bien las plazas y calles.
Mi pueblo es un pueblo en miniatura. Y la iglesia, también. Me estuve fijando y calculando cuántas iglesias cabrían como la de Nuestra Señora de la Asunción de Ablanque, y conté hasta 7. Un día voy a enterarme de las medidas y luego las digo exactas. A ojo de buen cubero, siete conté.