El sur de
Cataluña y norte de
Castellón es la zona de colisión de dos grandes estructuras tectónicas: la cordillera Ibérica y la cordillera prelitoral costera Catalana. En esa zona (figuras 2, 3, 4 y 9) se observan dos grandes
familias de fallas asociadas y de direcciones NO-SE y NE-SO. Estas fallas se pueden observar en superficie pero también progresan hacia el interior del mar donde desplazan unos bloques respecto otros de forma progresiva.
El fondo marino de la costa de Alcanar-Vinaroz estaría formado por una serie de bloques hundidos y dislocados procedentes de la actividad geológica en los últimos millones de años de estas fallas normales. Es en estos bloques donde se hizo inicialmente la extracción de petróleo que rindió en los años 70 y 80 del siglo XX, y es donde actualmente se desarrolla el proyecto Castor con inyección de gas en el almacén 'natural' situado a una profundidad de unos 1.750 m. La más conocida es la falla de Amposta de entre 50 y 60 km de longitud (figura 9).
Lo que sí hay que observar desde el punto de vista geomorgológico y tectónico es una marcada disposición de epicentros NO-SE y NE-SO (figuras 2, 3, 4 y 9) que coincide con la dirección de las grandes estructuras tectónicas peninsulares y de esa zona en concreto, el mapa geológico de la zona de Alcanar (figura 3) es muy representativo del gesto físico global que las fuerzas tectónicas han esculpido en ese área. Muchas de esas fallas hoy detonadas por las inyecciones, no son muy grandes (pensemos en un modelo fractal), pero lo suficiente (10-15 km de longitud) como para provocar terremotos entre 5 y 6 de magnitud, éstas además continúan tierra adentro.