Así dio comienzo esta
fiesta hace más de 19 años, incentivando a la gente a la participación. Aparentemente nada ha cambiado, pero la gente si ha acusado variación.
En el programa del 2013 se refleja las mismas cantidades, invariables, año tras año. Ni que decir tiene el poder adquisitivo que este año alcanzaron los alimentos en relación al año del nacimiento de la fiesta. Los grupos no lo tienen en cuenta pues son de la localidad, y todo lo que sea para promocionar su villa, es su futura recompensa. No se escatima ni en calidad ni en esfuerzo colectivo. Y si el ánimo decae, siempre hay quien dobla esfuerzo con la satisfacción de haber puesto su granito de arena en la continuidad de la fiesta un año más.
Es pesado año tras año montar un escenario así, sin escenario; y sacar los fogones a la plaza. El primer año, no fue así. Sólo unos pocos realizaron todo el guiso a la vista del público, y ya el segundo, la mayoría estaba cocinando en la plaza Leandro Mayoral de Tardajos como si tal cosa.
Quienes tomaron la iniciativa fueron las
mujeres, y los jóvenes de la Peña Tardajeña, con el tiempo, más
hombres se han sumado a una cocina tan típica ya, y sin complejos.
Y es un record, que en tantos años, tan sólo uno, el pasado año concretamente, nos visitara la lluvia. Las fuerzas de la naturaleza nos son afines.