LA MEJOR MEDICINA: IMPEDIR EL ACCESO AL FRACKING EN
ESPAÑA
Cada cual con su camiseta correspondiente, que si en
Burgos es negra, pues negra, que por algo será. Tampoco hay que estigmatizar el color negro ya que en tiempos, no tan lejanos, era signo de festividad y de elegancia. No hay que olvidar que el negro, a las
mujeres, nos suele sentar mejor que el amarillo, por poner un ejemplo. Aunque, también es cierto el
refrán: "aunque la mona se vista de seda mona se queda"o esa otra: "El hábito no hace al monje".
Prevención, y por todo. Dado el caso que el sistema sanitario peligrase, todavía nos quedaría el campo para poder prevenir las enfermedades. Recoger hierbas saludables y curativas. Cultivarlas, que yo ya lo hago, y me evito tomar potingues innecesarios. Una manzanilla con tila, melisa, tomillo, hierba luisa, y otras sencillitas te permiten tener sueños de oro. Si el caso fuera algo más grave, la valeriana, o la flor del espino blanco, sería perfecta. Pero hay hierbas que parecen vulgares, que se crían en todos los sitios, como el diente de
león y te depuran la sangre. O la misma ortiga.
De todas todas es mucho mejor el sueño castellano, con su siesta incluida, que el sueño americano o canadiense, apto solo para jóvenes o gente adinerada. Que un empresario te tenga que pagar tu enfermedad, que no te diagnostiquen, que algo tan serio, las revistas lo acaben convirtiendo en un culebrón, eso hasta ahora, sólo sucede en
Estados Unidos y en
Canadá con su loco sueño americano.
Aquí, aún con recortes, tenemos
sanidad, y debemos exigir el campo que no nos lo degraden, y si vemos que por ahí van los tiros, pues a recambiar autoridades y poner otras que sean mas competentes. Año electoral, que en mayo podremos elegir a quien nos de garantías de conservación medioambiental en España y de otros servicios sociales. Si los retiramos de Europa, luego, en las próximas, en el 2015, los retiramos del todo. De forma gradual. Así que vayan tomando nota.
Que ná es mejor como llamar a cada cual por su nombre: "al pan, pan y al vino, vino", y dejémonos de gaitas fritas. Lo natural que tenemos en España previene el cáncer, no lo fastidiemos. A no ser que algunos, en medio de la enfermedad ya vean el negocio mondo y lirondo. Luego te venden una revistilla de esas para que se te caigan los lagrimones, tipo "Lucecita" que oía mi madre en Ciruelos del Pinar, cuando vivíamos allí, y... ya le podías decir lo que quisieras que no te oía. Cosa buena, pues aprovechaba, y me iba tan pancha, porque ella te decía siempre, sí, sí. El culebrón la anestesiaba a la pobre.