I edición de Carrera nocturna en Tardajos "Libéranos Dominé"
Más de 200 participantes se dieron cita en la localidad donde debían recoger su dorsal PARTICIPATIVO. Se salía de Tardajos y se corría o caminaba aprovechando el parque naturalizado del Mirador de Rabé de las Calzadas, volviendo al mismo punto de partida, Tardajos y después de haber recorrido los 12 kilómetros reglamentarios.
Los dorsales y la clasificación general se expusieron en varios folios en el vestíbulo del
ayuntamiento. Por lo que el que quiso le pudo echar un vistazo.
De lo que si PUEDO dar fe es de que el chocolate, que se repartió entre los participantes, estaba buenísimo, aún después de varios días.
Vinieron unas chicas a pedirme cazos para repartir el chocolate y al devolverlos me dajaron un tarro de buen chocolate. Lo fui comiendo con frambuesas, en café, y todavía lo tomé de la forma clásica. Se me han ocurrido mil y una maneras de comerse ese rico chocolate. Hasta saqué mi viejo
juego de chocolate
madrileño... Una no se ha cansado nunca de reutilizar, reciclar, readaptar. POrque la chocolatera se me hizo mil pedazos, y la sustituí por otra que hace el mismo servicio y encima queda a juego con las tazas y platos. Como se me rompió en
Burgos, la compré en Burgos. A lo único que me quedó de aquella jarra, le busqué otra utilidad... Me parto de la risa cuando me lavo las manos.
Me imaginé ser PARTICIPANTE de Master Cheff, y ahora usted lo transforme cuando recibí el chocolate a la mañana siguiente. Hubiera hecho una tarta pero me faltaba la gelatina neutra, otra vez será. ¡Si no habrá maneras de
comer chocolate, caliente o frío!. Con imaginación todo se puede. HASTA el bote del azúcar le encontré una utilidad, para algo que andaba buscando y me vino como anillo al dedo.
Pues gracias por invitarme a la
fiesta.
Tocaba hacer ejercicio para gastar todas esas calorías, que animan a ser consumidas con rapidez para que no se acumulen y den al traste con la figura. Se puede comer pero lo que después vas a gastar. Si comes y no gastas, acumulas peso innecesario que te hará más pesado. Aunque ser pesado, o pesada, tampoco es cuestión de peso físico sino moral. Hay gente delgada que pesa como el plomo, y gente gruesa que no se detecta porque brillan por su ausencia. De todo hay en la viña del señor. El caso es que me fui a recorrer la senda que hacía tiempo que no la pisaba.