Este fue el
poema que le dediqué cuando supe de su fallecimiento. Pasaron unos días hasta que fui mi huerto de Rabé de las Calzadas y allí viendo los cipreses del cementerio escribí estos versos en su memoria. La inspiración surge cuando menos lo piensas y es entonces cuando hay que atraparla. Es también un misterio porque a veces quieres escribir algo y no llega. Como lo sé le doy total disponibilidad sin importarme la hora ni el lugar.