VI DESPEDIDA AL MAESTRO
Antes que nada, quiero
ver el rostro del Maestro
con el cincel puliendo,
repasando los contornos
a fuerza de sutiles desvelos
hasta tallar la forma,
el movimiento, el espíritu,
la fe en el sentimiento.
Coronar de espinas y alegrías
para entregar candor, luz y vida.
Antes que nada, quiero
ver el rostro del Maestro
con el cincel puliendo,
repasando los contornos
a fuerza de sutiles desvelos
hasta tallar la forma,
el movimiento, el espíritu,
la fe en el sentimiento.
Coronar de espinas y alegrías
para entregar candor, luz y vida.