(la carta anterior continúa)...

(la carta anterior continúa)

Ahí están las fuentes condenadas a una muerte paulatina, lenta y agonizante. Tras el suceso, y según análisis efectuados por técnicos de la Junta de Castila y León, previa cloración, eran aptas para el consumo. La antigua red de conducción sigue inutilizada. Y nadie en el pueblo podría optar por volver a incluir esas aguas en el abastecimiento del municipio, pues nadie mejor que ellos, saben de sus efectos.
La causa la cerraron en falso pues a mi modo de ver lo que se produjo fue un abuso de poder. De la capital frente a un indefenso pueblo. Esas fuentes tenían un poder histórico que databa de 1854, fecha en que se concluyeron las obras de la traída de aguas desde el Valle de las Dehesas.

Los que leímos el proyecto de SUFI S. A. podemos decir al día de hoy, 20 de diciembre de 2011, lo que ya sospechábamos entonces: una burla manifiesta.
¿Dónde está la barrera vegetal, los jardines adosados, los chopos, pinos y demás árboles?
Ni cardos siquiera podrán crecer allí. Y por si esto fuera poco ya han doblado sus honorarios para la elaboración del compost milagrero que no quiere nadie, pues hicieron mucha propaganda al respecto. Se dejaba traslucir que los lodos, como se sabe hoy día son de diversa procedencia. Yo lo reflejé en mis versos: "unos lodos son de EDAR y los otros son de otros" (proceden de toda España)

¿Y la planta de cogeneración que tanto prometía Francisco Jambrina en prensa? Na de nada. Agua de borrajas como todas sus buenas intenciones que no lo serían pues "prometer y no dar, no descompone casa".

Para realizar esa chapuza no se necesitaban técnicos, ingenieros, ni tan siquiera trabajadores especializados, solo un grupo de jurídicos encargado en solventar todo tipo de problemas.
Como defensa, al pueblo de Tardajos, apenas si le queda la palabra que también hubo un tiempo en que esta fue penalizada pero cuando se trata de una palabra auténtica, veraz, sincera, nada ni nadie podrá acallarla. Siempre florecerá por encima de tantas atrocidades, la verdad. Está escrita en verso, en prosa y en forma dramática para que nunca pueda ser destruída ni borrada de la memoria. Ha sido lo único que ha quedado de esa gesta contemporánea de finales del siglo XX.

Creo firmemente que algún día se llevará al cine y será una película muy exitosa.