Se sentían raros aunque en realidad eran los mismos de siempre, y eso que su volumen había quedado un tanto reducido a dos impresiones pictóricas en dos baldosas gemelas con sus retratos.
Lo que mas le gustaba de toda aquella aventura a la Gigantilla era que por fin vería cumplidos sus sueños de ver el mar, el inmenso mar abierto o la ría ferrolana recogida y recoleta.
Oír la bravura de las olas despeñándose contra las rocas y dorarse en los enormes arenales.
Pero sobre todo, lo mas acuciante para ella era alejarse de las miradas y de las murmuraciones que tanto le atacaban los nervios en Burgos en los últimos tiempos. Aunque no supiera con quien se las tendría que ver una vez llegase al nuevo destino.
Lo que mas le gustaba de toda aquella aventura a la Gigantilla era que por fin vería cumplidos sus sueños de ver el mar, el inmenso mar abierto o la ría ferrolana recogida y recoleta.
Oír la bravura de las olas despeñándose contra las rocas y dorarse en los enormes arenales.
Pero sobre todo, lo mas acuciante para ella era alejarse de las miradas y de las murmuraciones que tanto le atacaban los nervios en Burgos en los últimos tiempos. Aunque no supiera con quien se las tendría que ver una vez llegase al nuevo destino.