Mi opción era y es escribir poemas, y este fue uno de los primeros.
LOS AMANTES DE LA LUNA
Tres enamorados tiene
la naciente luna.
Por ella los tres
aman, sufren y sienten.
El esbelto y delgado ciprés,
cada noche la añora y todas le pide.
"Ven acércate".
Pero ella no puede ir con él.
De su cara pálida
una lágrima asoma
y piensa el ciprés alto:
" ¡Quien fuera astro!"
Otro amante tiene
la naciente luna,
es un riachuelo
que siempre canta.
Todas las noches
a luna baila, y él no soporta,
no poder tocarla.
Si la quiere coger
la luna escapa.
Por eso en la noche
la luna se baña
y él la contempla
con tristeza vana.
Él siente que la noche acabe,
por eso la besa,
ya de madrugada.
"Adiós, luna hermosa.
¡Quien fuera viento
y correr tras tu alma
sería mi anhelo!"
El último amante
de la triste luna
es el alma de un niño
a quien siempre acuna.
En las tibias noches
la luna se asoma
frente a su ventana:
haciéndole guiños,
sonríe callada.
El niño desde su cuna
no le pide nada.
Solo la mira con ojos dulces,
y solo espera tras las sábanas.
Ya llora la luna
Desde su infinita casa:
- ¡Quien fuera la madre
de esa criatura!
¡Quien pudiera acunarla
de la noche a la mañana!.
Y los tres amantes de la luna
andan errantes cuando ella asoma.
Solo por el tercero, la luna siente,
¡Ser astro, allí en el cielo!
Carmen García
LOS AMANTES DE LA LUNA
Tres enamorados tiene
la naciente luna.
Por ella los tres
aman, sufren y sienten.
El esbelto y delgado ciprés,
cada noche la añora y todas le pide.
"Ven acércate".
Pero ella no puede ir con él.
De su cara pálida
una lágrima asoma
y piensa el ciprés alto:
" ¡Quien fuera astro!"
Otro amante tiene
la naciente luna,
es un riachuelo
que siempre canta.
Todas las noches
a luna baila, y él no soporta,
no poder tocarla.
Si la quiere coger
la luna escapa.
Por eso en la noche
la luna se baña
y él la contempla
con tristeza vana.
Él siente que la noche acabe,
por eso la besa,
ya de madrugada.
"Adiós, luna hermosa.
¡Quien fuera viento
y correr tras tu alma
sería mi anhelo!"
El último amante
de la triste luna
es el alma de un niño
a quien siempre acuna.
En las tibias noches
la luna se asoma
frente a su ventana:
haciéndole guiños,
sonríe callada.
El niño desde su cuna
no le pide nada.
Solo la mira con ojos dulces,
y solo espera tras las sábanas.
Ya llora la luna
Desde su infinita casa:
- ¡Quien fuera la madre
de esa criatura!
¡Quien pudiera acunarla
de la noche a la mañana!.
Y los tres amantes de la luna
andan errantes cuando ella asoma.
Solo por el tercero, la luna siente,
¡Ser astro, allí en el cielo!
Carmen García
Carmen, este poema lo escribí para mi nieta, pero ahora te lo mando para ti.
puede servir para mí también, pues el espíritu y la nostalgia todavía no lo emos perdido. Espero que te guste.
Saludos de Estrella.
PUCHERITOS DE PLATA
flor y sol amaneciste
al escuchar ese canto,
que impacientes violines,
premian tu risa y tu llanto,
Quiero verte con sonrisas
por los besos que te dí,
sueña mi pequeña y ríe,
entre juegos de muñecas
y cantos de serafines.
Mi niña no tiene frío
asomada a la ventana,
están cantando los grillos,
y la Luna está callada.
Como un cachito de cielo
entre nubes va asomada
y en sonrisas se han tornado,
sus pucheritos de plata.
puede servir para mí también, pues el espíritu y la nostalgia todavía no lo emos perdido. Espero que te guste.
Saludos de Estrella.
PUCHERITOS DE PLATA
flor y sol amaneciste
al escuchar ese canto,
que impacientes violines,
premian tu risa y tu llanto,
Quiero verte con sonrisas
por los besos que te dí,
sueña mi pequeña y ríe,
entre juegos de muñecas
y cantos de serafines.
Mi niña no tiene frío
asomada a la ventana,
están cantando los grillos,
y la Luna está callada.
Como un cachito de cielo
entre nubes va asomada
y en sonrisas se han tornado,
sus pucheritos de plata.