A LA VIRGEN DEL BUEN LABRADO
Virgencita de la ermita
hoy te quiero saludar
con el alma y mis poemas
que te quiero regalar.
Quiero que seas mi guía
que me lleve al caminar,
por el camino recto,
guíes mi voluntad.
Hoy, te debo el corazón,
la vida, el entendimiento
y a ti me vengo a postrar.
A entregarte mis ofrendas
que sin tí no puedo dar.
¡Tú me has dado tantas cosas!
La fuerza, la vida; y la soledad
contigo es un canto al más allá,
a sentir la mente en paz con el mundo,
con nosotros: las miserias se van.
Cuando contemplo tu rostro
no puedo reprimir el beso
que tantos te han de dar.
Virgencita de la ermita
hoy te quiero saludar
con el alma y mis poemas
que te quiero regalar.
Quiero que seas mi guía
que me lleve al caminar,
por el camino recto,
guíes mi voluntad.
Hoy, te debo el corazón,
la vida, el entendimiento
y a ti me vengo a postrar.
A entregarte mis ofrendas
que sin tí no puedo dar.
¡Tú me has dado tantas cosas!
La fuerza, la vida; y la soledad
contigo es un canto al más allá,
a sentir la mente en paz con el mundo,
con nosotros: las miserias se van.
Cuando contemplo tu rostro
no puedo reprimir el beso
que tantos te han de dar.