Cuando digo que este programa tiene mucho mío es porque lo diseñé yo misma y lo entregué a la imprenta como quería que fuese.
Las actividades del programa salieron con la participación de todos los miembros del APA Y el claustro de profesores. Mucha colaboración y trabajo conjunto de padres, alumnos y profesores. Aunque, queda claro, que en un colegio de primaria, el alumno no se puede implicar tanto como en un instituto. Entonces, tenemos que ser los padres y profesores los que pensemos qué actividades pueden interesarles mas, que a la vez que disfruten, aprendan.
Estas semanas culturales les enriquecieron mucho a ellos y a nosotros los padres.
Si me quedo en el diseño del programa es porque hubo algo que me impactó mucho cuando estaba haciéndolo. Jamás de los jamases lo olvidaré. Fue un duro golpe el que recibí y una fuerte impresión. Si no, es que ni me acordaría pero lo sentimos todo el pueblo.
Las actividades del programa salieron con la participación de todos los miembros del APA Y el claustro de profesores. Mucha colaboración y trabajo conjunto de padres, alumnos y profesores. Aunque, queda claro, que en un colegio de primaria, el alumno no se puede implicar tanto como en un instituto. Entonces, tenemos que ser los padres y profesores los que pensemos qué actividades pueden interesarles mas, que a la vez que disfruten, aprendan.
Estas semanas culturales les enriquecieron mucho a ellos y a nosotros los padres.
Si me quedo en el diseño del programa es porque hubo algo que me impactó mucho cuando estaba haciéndolo. Jamás de los jamases lo olvidaré. Fue un duro golpe el que recibí y una fuerte impresión. Si no, es que ni me acordaría pero lo sentimos todo el pueblo.
Estaba escribiendo el programa a mano, para después pasarlo al ordenador. Recuerdo que me había levantado muy pronto porque quería darlo ya por acabado. Y pasarlo al ordenador para llevarlo ya a la imprenta cuanto antes.
Cuando de repente, Emilia, mi vecina y hermana de Don Manuel me llamó muy asustada, horrorizada. Y yo me fui con ella rápidamente.
Don Manuel, el cura párroco había fallecido. Fuimos las primeras que lo supimos. El cura párroco de Tardajos, Rabé de las Calzadas y Villarmento. Fue horrible comprobar que cualquier cosa puede con nosotros, que no nos avisa, llega y nos tenemos que ir.
¿Os podéis creer que nunca sueño en cómo lo encontré aquella mañana?
Cuando soñaba con él, lo veía por la calle Real, saludándome como muchas veces, con el aspecto que tuvo siempre desde que lo conociera por primera vez al venir aquí.
Dom Manuel, fue el responsable de que la iglesia de Tardajos esté tan bien conservada porque, aparte de pedir ayuda al pueblo para su arreglo, él mismo se ponía el buzo y trabajaba en cualquier trabajo de albañilería que se precisara. Podaba los árboles de la huerta de su casa parroquial. Estuvo dispuesto siempre a ser uno más. Era muy serio pero con una capacidad de comprensión muy buena. Pero si alguien necesitaba su ayuda, la daba. Quizá no hablase demasiado pero fue una excelente persona que perdimos aquella mañana soleada del mes de marzo.
Cuando de repente, Emilia, mi vecina y hermana de Don Manuel me llamó muy asustada, horrorizada. Y yo me fui con ella rápidamente.
Don Manuel, el cura párroco había fallecido. Fuimos las primeras que lo supimos. El cura párroco de Tardajos, Rabé de las Calzadas y Villarmento. Fue horrible comprobar que cualquier cosa puede con nosotros, que no nos avisa, llega y nos tenemos que ir.
¿Os podéis creer que nunca sueño en cómo lo encontré aquella mañana?
Cuando soñaba con él, lo veía por la calle Real, saludándome como muchas veces, con el aspecto que tuvo siempre desde que lo conociera por primera vez al venir aquí.
Dom Manuel, fue el responsable de que la iglesia de Tardajos esté tan bien conservada porque, aparte de pedir ayuda al pueblo para su arreglo, él mismo se ponía el buzo y trabajaba en cualquier trabajo de albañilería que se precisara. Podaba los árboles de la huerta de su casa parroquial. Estuvo dispuesto siempre a ser uno más. Era muy serio pero con una capacidad de comprensión muy buena. Pero si alguien necesitaba su ayuda, la daba. Quizá no hablase demasiado pero fue una excelente persona que perdimos aquella mañana soleada del mes de marzo.
Aquel día escribí un poema en su memoria, lo mandé al diario de Burgos y lo pusieron al día siguiente en su necrológica.
El día que organicé mi primera exposición en Rabé de las Calzadas, lo volví a recordar con el poema que había escrito para él y la carta del alcalde de Rabé José Pampliega, que en su día escribiera, también al periódico.
Fue como rendir un pequeño homenaje a personas significativas de Rabé: Francisco Riberas Pampliega, Dom Manuel, cura párroco y Marivi, la Primera Hospitalera de Rabé de las Calzadas y amiga entrañable.
El día que organicé mi primera exposición en Rabé de las Calzadas, lo volví a recordar con el poema que había escrito para él y la carta del alcalde de Rabé José Pampliega, que en su día escribiera, también al periódico.
Fue como rendir un pequeño homenaje a personas significativas de Rabé: Francisco Riberas Pampliega, Dom Manuel, cura párroco y Marivi, la Primera Hospitalera de Rabé de las Calzadas y amiga entrañable.
EL PARQUE INFANTIL
Se me olvidaba decir, que justo ese año, en el 1999, al volver de Italia, por fin los niños de Tardajos tuvieron un merecido parque infantil. Don Manuel, se quedó aqui, al tanto de todo eso (en espíritu, claro, pues ya había muerto en marzo).
No hay que olvidar que el terreno, el juego de bolos, fue cedido por la FUNDACIÓN DOÑA DOMINICA ANGULO, y que los tres patronos nos pusimos de acuerdo para que así fuera, el párroco Don Manuel, Raimundo, el alcalde; y la juez, que soy yo.
Algo más tarde ya hubo quejas porque los columpios no eran los apropiados, homologados y todo eso. Pero los de Rabé, tampoco tuvieron homologación, y sin embargo íbamos allí y no poníamos pegas. Muchas veces, las madres estamos para eso, para salvar obstáculos y proteger.
¡Sería por los cuidados que hubo siempre aquí con los niños, que los dejaban en las cunas y se iban las madres a trabajar al campo! ¡Con los columpios que hubo, que los niños se columpiaban en los caños de la fuente.!
Yo misma, de niña, me subía a los tractores que había aparcados en mi puerta, que no era mío; pero mis amigas y yo lo conducíamos a donde queríamos. Eso sí, el viaje era imaginario, y cogíamos las riendas y a volar por los campos de Ciruelos del Pinar. En nuestro colegio de Maranchón, si había columpios, y lo pasábamos fenomenal columpiándonos. Y donde no los había, los inventábamos.
Es el privilegio de los niños, la imaginación.
Se me olvidaba decir, que justo ese año, en el 1999, al volver de Italia, por fin los niños de Tardajos tuvieron un merecido parque infantil. Don Manuel, se quedó aqui, al tanto de todo eso (en espíritu, claro, pues ya había muerto en marzo).
No hay que olvidar que el terreno, el juego de bolos, fue cedido por la FUNDACIÓN DOÑA DOMINICA ANGULO, y que los tres patronos nos pusimos de acuerdo para que así fuera, el párroco Don Manuel, Raimundo, el alcalde; y la juez, que soy yo.
Algo más tarde ya hubo quejas porque los columpios no eran los apropiados, homologados y todo eso. Pero los de Rabé, tampoco tuvieron homologación, y sin embargo íbamos allí y no poníamos pegas. Muchas veces, las madres estamos para eso, para salvar obstáculos y proteger.
¡Sería por los cuidados que hubo siempre aquí con los niños, que los dejaban en las cunas y se iban las madres a trabajar al campo! ¡Con los columpios que hubo, que los niños se columpiaban en los caños de la fuente.!
Yo misma, de niña, me subía a los tractores que había aparcados en mi puerta, que no era mío; pero mis amigas y yo lo conducíamos a donde queríamos. Eso sí, el viaje era imaginario, y cogíamos las riendas y a volar por los campos de Ciruelos del Pinar. En nuestro colegio de Maranchón, si había columpios, y lo pasábamos fenomenal columpiándonos. Y donde no los había, los inventábamos.
Es el privilegio de los niños, la imaginación.