El patio reunió, un año más a profesores, padres y...

Buenos días:
seguimos con la escuela y sus jornadas culturales. Esta vez dedicada al Camino de Santiago. Me fue grato redescubrir el camino desde sus inicios participando en todo tipo de actos entorno al camino. Que estaba aquí, pero era invisible. Juntos, el Camino y yo hemos ido de la mano durante muchos años. Conociéndolo y dándolo a conocer; especialmente a los niños.

LAS HOSPITALERAS

Conociendo y visitando a dos hospitaleras del Camino, que llegaron a ser grandes amigas. Una murió, pero todo lo que aprendí de ella sigue en mi interior. De todo, hasta de sus fracasos tomé nota.
La otra, era madrileña, y a Madrid se fue. Cosas del Camino. Te trae y te lleva sin que tu puedas oponer resistencia. La tengo que llamar un día de estos, pues como digo, llegó a ser una gran amiga. En cuanto hablemos, volveremos a conectar de nuevo. ¿Qué haríamos sin la comunicación? Es vital para la vida y para todos los caminos del mundo.

Este programa me ilusiona pues yo misma lo diseñé, yo misma escribí saludas a muchos sitios con un poema que creé para la ocasión: HÁGASE LA LUZ.

La pena es que aquí, la luz no se hizo. Solo la invoqué. Las fuerzas no estaban de mi parte. Si no, aquí, brillaría un sol radiante. Y no esa nebulosa en espiral que nos engulle más y más; arrastrándonos hacia el infinito o hacia un socavón sin fondo.

El patio reunió, un año más a profesores, padres y alumnos entorno a la enseñanza para festejar y realzar el papel de la educación hoy día, en todas sus facetas.

Con el lema "Nuestro Camino" se quiso dar importancia al peregrino, a su esfuerzo meritorio y sobre todo a su fe (en sí mismo, en la religión o en el Camino).

Nuestro camino, a veces no es mejor de los caminos posibles, pero podemos y debemos hacer algo por las personas que pasan a diario por él. Que encuentren gentes que les sonrían, les faciliten su difícil caminar, les ofrezcan la amistad, el apoyo y el cariño que se merecen; ya que son ellos, con su testimonio los que hacen importante el Camino.

¡Cuántos ejemplos nos dan en el día a día, ellos, que consideran suyo el tramo general! Por eso, un buen gesto puede ser ese rayo de luz que de pronto ilumina cierto capitel en San Juan de Ortega, en una hora crítica durante los equinocios de primavera y otoño. Si la naturaleza es así de prodigiosa, ¿por qué no imitarla, aunque sea de vez en cuando?

Carmen García