Como decía, tuvo que intervenir el personal de protección civil, ya que un niño, vestido de cofrade con su saya larga y su cucurucho en la cabeza se desmayó. Estuvo un buen rato en el suelo y casi se lo llevan en una camilla pero el muchacho, poco poco se restableció, abrió sus ojos y se lo llevaron a su casa a descansar. O al hospital a hacerle un reconocimiento. No me pareció ético hacerle la foto pero si estuve al tanto hasta ver que se recuperaba. El alcalde también acudió - que no sabía quien era todavía - pero que estaba por allí disponiendo hasta por donde podría venir la ambulancia.
Si hubiera sido un día de calor, lo hubiera visto normal que se desmayase; pero quizás fuesen los nervios o una bajada de tensión... no se puede saber qué le pasó al muchacho, aunque sus padres si se llevaron un mal rato.
Si hubiera sido un día de calor, lo hubiera visto normal que se desmayase; pero quizás fuesen los nervios o una bajada de tensión... no se puede saber qué le pasó al muchacho, aunque sus padres si se llevaron un mal rato.
Otro detalle para concluir la procesión fue que entre el público se presentó un médico para ayudar al pequeño, pero ya no lo necesitaron pues le habían atendido perfectamente el personal de protección civil organizado para estos casos. Se ve humanidad y previsión en este tipo de eventos, que imagino se preverán en actos similares. Pero que haya un doctor voluntario entre la gente y se preste a ayudar, es un muy buen detalle de ciudadanía.