DE VALDELATEJA A PESQUERA DE EBRO
El guía del Instituto para el Deporte y Juventud de Diputación nos marcaba la ruta a seguir, subiendo primero para después bajar para cruzar la pasarela hasta la central eléctrica "El Porvenir", donde una vez bordeada, se asciende alcanzando el pueblo deseado, Pesquera de Ebro. A la derecha del pueblo, y en la parte superior, las rocas hacen filigranas pudiendo imaginarse incluso almenas sin terminar de definir.
Ya en el pueblo se podía disfrutar de los retazos de un pasado nobiliario: numerosos escudos que adornan las fachadas de sus casas solariegas, balcones típicos, bien conservados, se alternan con ruinas que poco a poco dejarán de dormir para volver a empezar de nuevo.
Algunos balcones ya lucen en todo su esplendor las joyas naturales cultiivadas con esmero: pendientes de la reina color fusia; begoñas blancas, rosas y rojas; dalias amarillas y blancas; Hiedras colgantes multicolores, y geranios rosas, blancos y rojos como expresión natural de acogida al turista.
Hubo trasiego de visitantes por las calles, con ganas de perpetuar esos instantes en fotos para el recuerdo.
Se trata de una zona ya preparada para recibir un turismo que sabe buscar rincones elegidos y únicos.
(sigue)
El guía del Instituto para el Deporte y Juventud de Diputación nos marcaba la ruta a seguir, subiendo primero para después bajar para cruzar la pasarela hasta la central eléctrica "El Porvenir", donde una vez bordeada, se asciende alcanzando el pueblo deseado, Pesquera de Ebro. A la derecha del pueblo, y en la parte superior, las rocas hacen filigranas pudiendo imaginarse incluso almenas sin terminar de definir.
Ya en el pueblo se podía disfrutar de los retazos de un pasado nobiliario: numerosos escudos que adornan las fachadas de sus casas solariegas, balcones típicos, bien conservados, se alternan con ruinas que poco a poco dejarán de dormir para volver a empezar de nuevo.
Algunos balcones ya lucen en todo su esplendor las joyas naturales cultiivadas con esmero: pendientes de la reina color fusia; begoñas blancas, rosas y rojas; dalias amarillas y blancas; Hiedras colgantes multicolores, y geranios rosas, blancos y rojos como expresión natural de acogida al turista.
Hubo trasiego de visitantes por las calles, con ganas de perpetuar esos instantes en fotos para el recuerdo.
Se trata de una zona ya preparada para recibir un turismo que sabe buscar rincones elegidos y únicos.
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