Hola de nuevo:
tenía y tengo mucho que contar, y de todo. Ayer mañana estuve preparando fotos, incansablemente, porque se me ocurren muchas ideas, y porque a cada paso que doy, me encuentro con la maravillosa naturaleza, que sin que nadie la atienda, ella misma germina, y da frutos. Ya os contaré que he visto, por casualidad.
Deciros que me embarga una gran tristeza. Es muy duro que alguien cercano a ti se vaya para siempre. Que lo sospechabas y un día llega. ¿Será hoy?, me dije ayer mañana, a primera hora... Y yo sin saberlo, lo presentía. Una llamada, "queda ya poco". Y luego, una hora mas tarde, "ya pasó todo". ¡Pero hay tantas vivencias! que todo te lo recuerda. Y te tienes que hacer a la idea que ya nunca más te va a llamar por teléfono, ni comerá a tu mesa, ni se reirá a tu lado. Es así y así hay que aceptarlo.
Pero cierras los ojos, y asoma su sonrisa, oyes su voz, su risa.
Gracias a que la vida te dispensó conocerla y quererla. Todo el mundo era su amigo, hasta los perritos callejeros la querían.
Hoy, le he escrito un poema que ya pondré. Y he visto que me han publicado la carta al ministro Soria en la Nueva Alcarria. Desde luego, si no nos molestamos, no nos oirán. Luego, quizás pasen de ello. Pero habremos hecho lo que debíamos hacer y estaba en nuestra mano.
Saludos cordiales
tenía y tengo mucho que contar, y de todo. Ayer mañana estuve preparando fotos, incansablemente, porque se me ocurren muchas ideas, y porque a cada paso que doy, me encuentro con la maravillosa naturaleza, que sin que nadie la atienda, ella misma germina, y da frutos. Ya os contaré que he visto, por casualidad.
Deciros que me embarga una gran tristeza. Es muy duro que alguien cercano a ti se vaya para siempre. Que lo sospechabas y un día llega. ¿Será hoy?, me dije ayer mañana, a primera hora... Y yo sin saberlo, lo presentía. Una llamada, "queda ya poco". Y luego, una hora mas tarde, "ya pasó todo". ¡Pero hay tantas vivencias! que todo te lo recuerda. Y te tienes que hacer a la idea que ya nunca más te va a llamar por teléfono, ni comerá a tu mesa, ni se reirá a tu lado. Es así y así hay que aceptarlo.
Pero cierras los ojos, y asoma su sonrisa, oyes su voz, su risa.
Gracias a que la vida te dispensó conocerla y quererla. Todo el mundo era su amigo, hasta los perritos callejeros la querían.
Hoy, le he escrito un poema que ya pondré. Y he visto que me han publicado la carta al ministro Soria en la Nueva Alcarria. Desde luego, si no nos molestamos, no nos oirán. Luego, quizás pasen de ello. Pero habremos hecho lo que debíamos hacer y estaba en nuestra mano.
Saludos cordiales