Estoy de acuerdo con el presidente cántabro, y lo expuse en uno de mis primeros escritos.
Al tomar una medicina con contraindicaciones hay que ser muy cauto y valorar si no puede ser peor el remedio que la enfermedad. En este caso, lo es por tantos riesgos que minimizan para restar la importancia que tiene un suelo estable y sin contaminar como puede ser Soria, Guadalajara, Santander, Asturias, Logroño, Navarra, Castellón, Sevilla... y tantos otros puntos de nuestra geografía, sin olvidarnos de Burgos, donde la desprotección es inaudita pues la voz popular se ha acallado hasta límites insospechados. Nos han invadido a los españoles y esto puede ser peor que la invasión francesa.
¿Qué enfermedad tenemos?
La que han provocado esta gentuza que nos han sumido en la puñetera ruina porque mandan en el mundo. Y ahora nos imponen la degradación de nuestras riquezas naturales, mediante el gobierno que votamos en las urnas. Que no es soberano, ante tales actitudes como nos presenta, sino de sus propios intereses, a costa de los intereses del pueblo al que están sometiendo por la fuerza de las leyes, quitándonos, a los ciudadanos la legitimidad de nuestro pueblo.
Si actuar así es de soberanos, no lo demuestran y para mi no lo son. Ni el gobierno, ni quien ratifica sus acuerdos mediante una firma nada aristocrática, ni noble ni digna.
Al tomar una medicina con contraindicaciones hay que ser muy cauto y valorar si no puede ser peor el remedio que la enfermedad. En este caso, lo es por tantos riesgos que minimizan para restar la importancia que tiene un suelo estable y sin contaminar como puede ser Soria, Guadalajara, Santander, Asturias, Logroño, Navarra, Castellón, Sevilla... y tantos otros puntos de nuestra geografía, sin olvidarnos de Burgos, donde la desprotección es inaudita pues la voz popular se ha acallado hasta límites insospechados. Nos han invadido a los españoles y esto puede ser peor que la invasión francesa.
¿Qué enfermedad tenemos?
La que han provocado esta gentuza que nos han sumido en la puñetera ruina porque mandan en el mundo. Y ahora nos imponen la degradación de nuestras riquezas naturales, mediante el gobierno que votamos en las urnas. Que no es soberano, ante tales actitudes como nos presenta, sino de sus propios intereses, a costa de los intereses del pueblo al que están sometiendo por la fuerza de las leyes, quitándonos, a los ciudadanos la legitimidad de nuestro pueblo.
Si actuar así es de soberanos, no lo demuestran y para mi no lo son. Ni el gobierno, ni quien ratifica sus acuerdos mediante una firma nada aristocrática, ni noble ni digna.
Para mi, unos son falsos porque tienen dos caras, a cada cual más dura. Y otros, simplemente payasos, que si hicieran reír, se les podría contratar en un circo, pero no lo harían porque lo que haría sería hacer llorar al público.