CANTA Y LLORA EL ARLANZA...

CANTA Y LLORA EL ARLANZA
Las aguas del Arlanza
van enjugando lágrimas
convertidas en perlas;
una por cada infante,
cada soldado muerto
en la batalla más infame
de sangre contra sangre.

Relumbran entre las piedras
que el río incesante lava
para ser llevadas
a San Pedro de Arlanza
como preciada cuna
de Manriques y de Laras.
Penas que el agua desgasta
mientras navegan claras
y murmuran los cantares de Salas:

"Ojos negros, tez morena
y un halo de tristeza
con mil trescientos jinetes,
se acerca y habla:

-Vengo padre a traerte
radiante luz de amaneceres.
A limpiar de ultrajes nuestra sangre,
a llenar tu noble casa
de lozanía y savia verde.
Traigo la insigne prueba
del medio corazón partido
que hoy con el alma te entrego
para hacerte saber que soy tu hijo;
que velaré tus dolientes canas
con aires andaluces en mi puño.

-Levantaré siete muros, siete torres
para engrandecer Castilla,
para demostrar mi herencia
tejida con sangre muerta,
para consolarte por las siete heridas
y rescatar el brillo usurpado
por tu traidor hermano".

Se oye esta letanía
al ritmo que baja el agua
de la Sierra a la hondonada,
de estos valles que renacen
y que riegan sus aguas.
Se derraman sobre un lecho
de perlas y de esmeraldas
que como un gran tesoro
recoge San Pedro de Arlanza.
Carmen García