Este paisaje es de Ablanque (Guadalajara), como veis es un sabinar y crece de forma natural como hay muchas zonas aquí en la provincia de Burgos. La naturaleza forma parte de mi porque la he vivido siempre, y cuando veo sabinas u otros árboles de mi tierra, aquí, me parece estar en el mismo lugar. Es decir que la naturaleza no tiene fronteras. Que da lo mismo que esas sabinas sean de un lugar o de otro, que siempre serán árboles que se dan en determinadas zonas que tienen características comunes de climatología y suelos. Se quemaron muchas, pero en esta zona no hubo fuego y ellas no se vieron afectadas. Y siguen su crecimiento natural, quizás lento pero sin contratiempos.
No me he dado cuenta de que en esa foto estaba mi padre. Por la manía mía de fijarme en los árboles, que aparecieran lo más cercanos posibles ha salido con ellos mi padre. Un resinero que a pesar de sus dificultades también ha resistido muchos embites de la vida. Pero tiene una sonrisa siempre que anima y todo le parece bien. Nada le disgusta de lo que nosotros hagamos porque piensa que lo hacemos para su bien.