El 2012 será como el 14 o el 16, más o menos como ahora, con más o menos hipotecas que pagar, y así sucesivamente, para desgracia nuestra. ¿Que se acabará el mundo, por ejemplo?, pues lo mismo nos viene bien, por lo menos en lo que respecta a las hipotecas.
Es conveniente tener esa fecha en la memoria y convencerse de que, poco a poco, irán sucediendo tragedias que desembocarán en el paso final. Concienciarse de ello es conveniente, pues así el trauma será menor, aunque, claro, llegará el 2012 y el mundo no se acabará... todavía. Pero, son fechas con las que todos estamos avisados y ya lo de menos son las hipotecas. Habrá padres, hijos,
parientes,
amigos, vecinos, que lo pasarán mal y eso no será plato de nuestro gusto. Por eso, Jesús dijo, refiriéndose
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