AMOR DE MUÑECOS
Un polichinela que estaba colgado
Entre los muñecos de un lindo bazar,
de una muñequita quedase prendado
al verla de novia de novia con flores de azahar.
Y desde otro estante con
dulce mirada
un Arlequín blanco le dice su amor,
y de la muñeca contempla anhelante
las tersas mejillas de rojo color.
Y dicen que en las horas de la noche
en el silencio del bazar,
se oyen suspiros a mozos
que dan los muñequitos sin cesar.
También los muñecos aman
del
militar al Arlequín,
que sienten también venidas
sus cuerdecitas de serrín.
De la muñequita también se ha prendado
un bravo soldado de aire muy marcial,
que luce uniforme de azul y encarnado
con muchos botones de limpio metal.
Y la muñequita caído los brazos
le ríe coqueta al instante aquel,
con su largo velo y sus lindos lazos
como una promesa de
luna de miel.
Y dicen que en las horas de la noche
en el silencio del bazar,
se oyen suspiros a mozos
que dan los muñequitos sin cesar.
También los muñecos aman
del militar al Arlequín,
que sienten también venidas
sus cuerdecitas de serrín.
Dicen que una noche un gatito blanco
que de ratas limpio dejó el gran bazar,
de un tirón furioso descolgó a la novia
y al suelo tras ella se vino el bazar.
Y al día siguiente hallaron las gentes
roto en mil pedazos el idilio aquel,
y el velo en tirones de un clavo pendiente
y azahares marchitos sin luna de miel.
Y dicen que en las horas de la noche
en el silencio del bazar,
el gato ilustre muñequito
sonríe malicioso sin cesar.
También los muñecos aman
del militar al Arlequín,
que sienten también felices
sus cuerdecitas de serrín.
Lilian de Celis.