Desde que estuve, niña, en La Habana...

Desde que estuve, niña, en La Habana
no se me puede olvidar
tanto Cádiz ante mi ventana, Tacita lejana,
aquella mañana pude contemplar...
Las olas de la Caleta, que es plata quieta,
rompían contra las rocas de aquel paseo
que al bamboleo de aquellas bocas
allí le llaman El Malecón...
Había coches de caballos, que era por mayo,
sonaban por la Alameda, por Puerta Tierra,
y me traían, ay, tierra mía,
desde mi Cádiz el mismo son...
El son de los Puertos, dulzor de guayaba,
calabazas, huertos...
Aún pregunto quién me lo cantaba...

Que tengo un amor en La Habana
y el otro en Andalucía,
no te he visto yo a ti, tierra mía,
más cerca que la mañana
que apareció en mi ventana
de La Habana colonial
tó Cádiz, la Catedral, La Viña y El Mentidero...
Y verán que no exagero
si al cantar la habanera repito:
La Habana es Cádiz con más negritos,
Cádiz, La Habana con más salero.

Magnifica habanera del conocido escritor sevillano Antonio Burgos hijo adoptivo de
Cádiz, gran enamorado de esta ciudad, por donde se pierde continuamente, y cuya
pasión por la Tacita de Plata le llevo a decir aquello, respondíendo a una pregunta de
porque siendo sevillano tiene tanto amor a Cadiz, diciendo: " Es que los de Cadiz
nacemos donde nos sale.... ¡del alma! ".
Esta habanera famosa fue grabada por muchos cantantes. Pero su principal valedor,
el que le puso música y posteriormente ... (ver texto completo)