¡Ostras que cursilada más grande!

Amada mía
Después de tantos años
Después de tantas noches compartidas
Después de tantos sueños
Soñados cada día
Te sigo amando tanto
Amada mía
Tus ojos negros
Se clavan como siempre
Tu beso es una llama que aún me quema
Yo sigo siendo el árbol
Y tú, la tierra mía
Te sigo amando tanto
Amada mía
Amada mía
Después de tantas horas de camino
Tú sigues siendo playa
Yo sigo siendo río
Y como siempre
Sigo aspirando el aire que respiras
Me sigo enamorando
En cada amanecer
Amada mía
De risas y de llanto
Compañera de tardes amarillas
Luna de medía noche
Y sol del mediodía
Serás por siempre campo
Y yo semilla
Amada mía
Un día del otoño
Se vestirán de blanco mis cabellos
Se quedarán dormidos
Tus besos en mis besos
Y buscaré tus manos
Para mecerlos
Amada mía
Después de tantos años
A tu lado
Yo sigo siendo brisa
Y tú, montaña y llano
Amada mía
Después de tantos mares
Navegados
Tú sigues siendo orilla
Y yo, gaviota
J. L. Perales.

¡Ostras que cursilada más grande!