Bueno, pues siempre quedaría alguien para recoger los muertos y darles sepultura. Si
Cataluña persiste en sus ideas separatistas sin fecha de caducidad, está claro que es una presión que un
gobierno no puede aguantar en bien de la mayoría de sus ciudadanos; así que sólo caben dos soluciones: o impedírselo de una vez por todas o echarlos fuera de
España y que se rijan ellos mismos.
saludos