No hay vuelta de hoja, o se enseña todo en castellano, o esto no hay quien lo pare. Tarde, cierto, pero no imposible. Tenemos políticos que tienen que tener dos pares de lo que sea, que son cuatro de lo mismo, y dar un puñetazo en la mes y hasta aquí hemos llegado. El catalán, muy respetable, que se lo enseñen los padres. Moriré diciendo: GERONA y no Girona. Lérida y no Lleida. Prensa, radio y televisión tienen mucha culpa. Ahí tenemos al bueno del Sr. Ferreras diciendo: Bona tarda cuando se dirige a un catalán. Muy mal, Sr. Ferreras, los catalanes saben muy bien el castellano y hay que decir: BUENAS TARDES.