Pero por los sentimientos y la lucha, a veces solo interna, pero reconfortante. Las pequeñas cosas conseguidas, los estudiantes por lo menos las viviamos con pasiòn y que unidas a la efervescencia adelescente o juvenil, era emocionantísimo.
Recuerdos imborrables y germen de lucha generacional que aun perdura en la madurez de muchísimos
españoles. Lo siento por los que se acomodaron y vivieron muy bien y sin inquietudes ni esperanzas de cambio. No saben lo que se perdieron.
Àngel espabila.