Cierta mujer casada decide pintar el salón comedor de su casa y también una mancha que tiene en la pared de su dormitorio donde su marido pone la mano por la noche.
Llama al pintor y éste pinta el salón. Cuando termina la mujer le dice:
- ¿Quiere Vd. venir al dormitorio y me da un brochazo en el sitio donde mi marido pone la mano por la noche?
Y el pintor, turbado, le responde:
- No es necesario, señora. Yo con un vasito de vino me conformo.
Llama al pintor y éste pinta el salón. Cuando termina la mujer le dice:
- ¿Quiere Vd. venir al dormitorio y me da un brochazo en el sitio donde mi marido pone la mano por la noche?
Y el pintor, turbado, le responde:
- No es necesario, señora. Yo con un vasito de vino me conformo.