¡HAY QUE COMER PAN!
Un viejito visita al médico, quejándose de su impotencia.
Doctor, ¿Qué puedo hacer para combatir la impotencia?
El doctor, al verlo muy acabado y para sacárselo pronto de encima, le dice:
Mire, abuelo, si quiere tener buenas erecciones, coma mucho pan.
Así que el viejito entra en la primera panadería que encuentra
y pide 5 kilos de pan.
La vendedora extrañada le pregunta:
¡Qué bien, abuelo! ¿Familia numerosa?
No, hijita, vivo solo.
Entonces, ¿va a organizar alguna reunión?
No, hijita, para nada.
Perdone la curiosidad -insiste la vendedora- pero, ¿para quién compra tanto pan?
Pues es sólo para mí.
Pero para usted solo, es mucho pan. ¡Se le va a poner duro!
¡Ah, picarona!! Tú también lo sabías!
Un viejito visita al médico, quejándose de su impotencia.
Doctor, ¿Qué puedo hacer para combatir la impotencia?
El doctor, al verlo muy acabado y para sacárselo pronto de encima, le dice:
Mire, abuelo, si quiere tener buenas erecciones, coma mucho pan.
Así que el viejito entra en la primera panadería que encuentra
y pide 5 kilos de pan.
La vendedora extrañada le pregunta:
¡Qué bien, abuelo! ¿Familia numerosa?
No, hijita, vivo solo.
Entonces, ¿va a organizar alguna reunión?
No, hijita, para nada.
Perdone la curiosidad -insiste la vendedora- pero, ¿para quién compra tanto pan?
Pues es sólo para mí.
Pero para usted solo, es mucho pan. ¡Se le va a poner duro!
¡Ah, picarona!! Tú también lo sabías!