Cuidado Ciudadana, el moralista Sr. Angel puede quedar herido leyendo tan descarado chiste. La hora, 16'38 es muy inoportuna, deberías esperar a que los foreros menores de 40 años estuviesen ya en la cama.
Este chiste es blanco e inmaculado.
Un matrimonio de 85 años que vivían en un quinto piso sin ascensor. Un ejemplo de moralidad y buenas maneras, muy enamorados. La esposa pone a prueba al marido y le recuerda los primeros momentos de su noviazgo.
- ¿Te acuerdas Ernesto cuando me acompañabas desde el cole hasta la entrada de este edificio? En el rincón del vestíbulo me distes el primer beso, lo recuerdo como si fuese hoy mismo. ¿Sabes una cosa? Me gustaría mucho volver a vivir aquellos momentos, de manera que si de verdad aun me sigues queriendo, podrías bajar al vestíbulo, me llama por el interfono igual que lo hacías siempre, y yo bajaré para revivir nuestro infinito amor.
El abnegado esposo con un dolor de rodillas impresionante baja muy poco a poco las escaleras de su 5º piso y cuando esta a la altura del interfono aprieta el botón de su vivienda y ella responde... ¿eres tu Ernesto? ¡Si mi amor! baja cuanto antes que estoy deseando verte.
Ernesto un poco agotado, se apoya en el quicio de la puerta y espera paciente la llegada de ella.
Pasa media hora, una hora, y la enamorada ni baja ni responde al interfono.
Ernesto coge escaleras arriba, cuando llega agotado hasta su rellano le pregunta a ella medio cabreado.
- ¿Porque razón no has bajado?
- Haber Ernesto... ¿ya no te acuerdas que mi madre, muchas veces, no me dejaba bajar?
Si me lo permites Ciudadana, y sin esperar tu aplauso, te lo dedico. Siempre supeditado al juicio moralista de mi apreciado Angel.
Saludos. Juan.
Este chiste es blanco e inmaculado.
Un matrimonio de 85 años que vivían en un quinto piso sin ascensor. Un ejemplo de moralidad y buenas maneras, muy enamorados. La esposa pone a prueba al marido y le recuerda los primeros momentos de su noviazgo.
- ¿Te acuerdas Ernesto cuando me acompañabas desde el cole hasta la entrada de este edificio? En el rincón del vestíbulo me distes el primer beso, lo recuerdo como si fuese hoy mismo. ¿Sabes una cosa? Me gustaría mucho volver a vivir aquellos momentos, de manera que si de verdad aun me sigues queriendo, podrías bajar al vestíbulo, me llama por el interfono igual que lo hacías siempre, y yo bajaré para revivir nuestro infinito amor.
El abnegado esposo con un dolor de rodillas impresionante baja muy poco a poco las escaleras de su 5º piso y cuando esta a la altura del interfono aprieta el botón de su vivienda y ella responde... ¿eres tu Ernesto? ¡Si mi amor! baja cuanto antes que estoy deseando verte.
Ernesto un poco agotado, se apoya en el quicio de la puerta y espera paciente la llegada de ella.
Pasa media hora, una hora, y la enamorada ni baja ni responde al interfono.
Ernesto coge escaleras arriba, cuando llega agotado hasta su rellano le pregunta a ella medio cabreado.
- ¿Porque razón no has bajado?
- Haber Ernesto... ¿ya no te acuerdas que mi madre, muchas veces, no me dejaba bajar?
Si me lo permites Ciudadana, y sin esperar tu aplauso, te lo dedico. Siempre supeditado al juicio moralista de mi apreciado Angel.
Saludos. Juan.